Kíltricas literarias: Luis Gutiérrez Aliste
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Eventualmente las ideas se van perdiendo, poco a poco lo que fue nuevo e inteligente se transforma en una oda difusa a la improvisación. Son esos los peligros que amenazan la labor del que escribe. De otra manera diríamos, sin pensar en lo cierto: Vengan y lancen sus gritos desmesurados. Sin embargo, con pesar, [no digo con hondo pesar, porque exageraría], he visto un montón de libros que no hacen sino aquello que debería ser el castigo para cualquiera que dice de sí mimo ser poeta.
Hay que tener cuidado, [y no lo digo yo, (bueno sí lo digo, pero me antecede una razón superior)]. Cuidado con lo que escribimos, no porque sea peligroso, (no llegaría a la imprudencia de afirmar tal cosa), sino por el peso de lo que estamos construyendo. Es un asunto de ética el concebir al poema como una incógnita que se despliega hacia la nada. Ventanas, y no murallas, deben ser los versos, puertas abiertas a un no sé que rebota sobre el infinito, esa es la tarea de nuestra poesía, alcanzar una incertidumbre que la vista de belleza. Quizás exagero en este punto, y sea innecesaria tanta preocupación, después de todo ¿Qué es la poesía sino el alma que huye hasta convertirse en palabra? [¿Sarcasmo?]. No, no basta con escribir, no es suficiente arrojar un montón de relieves sobre la hoja, hay que herir el misterio, hay que "ser" antes de "hacer", trabajar en el quién, y esa es menuda tarea.
Existe una voluntad venida de nuestra propia indeterminación, y ella debe hablar por nosotros (el poeta habla al puro estilo de los imbéciles repetidores), pero es difícil abandonar las pretensiones y abrazar sin asco una idea que nos supera. ¿Qué será de nosotros, que ni hemos alzado el vuelo y ya comenzamos a caer? No teman, no refunfuñen amigos, miren que la tarde esta llamando a la noche inmensa y nos encarga ser luciérnagas en medio de su oscuridad. ¿Podremos soportar una luz que sobrepase nuestro propio deseo? He ahí la prueba, la colosal amenaza.
- ¿Y ahora qué?
- La tontera.
Recientemente la editorial Tortugasamurai ha liberado varios de sus títulos en internet, con lo cuál, en un día de flojera, decidí internarme en ellos y buscar un algo que me devolviera la entretención. Comencé por uno que me llamó la atención por presentar una portada algo interesante. Una serie de imágenes, que a falta de un mejor termino les llamaremos "memes", coronaban la edición de "Los primeros 3" una colección de tres poemarios del autor Rodrigo Hueñir [de quién no hablaré, pues no lo conozco]. Intenté encontrar algo en su absurdo, en lo obvio de su intento, pero paulatinamente caí en la cuenta de la verdad. Alguien le había mentido al escritor, y él, creyendo a esos falsos testimonios, decidió que era bueno, que no debía perderse su aliento, y emprendió la hazaña abriendo sus pequeñas alas para publicar su desatendido corazón.
Podemos estar en desacuerdo, claramente no vine a afirmar mi posición como lo absoluto, es más, si de eso se tratara, no necesitaría tanta explicación, e iría al grano diciendo "El libro -Los 3 primeros-, recientemente editado por Tortugasamurai es una caca", [tal vez diría "mojón", pero hay gente que se espanta demasiado con esa palabra]. El punto es que esto no es más que una simple opinión de alguien que no hace otra cosa más que desprestigiar la labor que los poetas han asumido en los últimos años. Debo admitir que también caí en dicho fraternalismo que ha transformado a la crítica no especializada en un jardín de alabanzas bien intencionadas. Pero ahora me revelo contra ese cartón que apareció como una representación de mí y le prendo fuego a la buena onda.
Los poetas que escribimos de otros poetas deberíamos ser verdaderos, y no desperdigar únicamente buenos comentarios que terminen diseminando la semilla de la idiotez. Es una tarea complicada el hablar mal, sobre todo por el miedo que produce una futura represalia, que sin duda, y lo sabrán los que me conocen, terminará en un posible ataque en medio de la nada. ¿Pero qué son las palabras sin valentía? Hay que decir lo que se debe decir, y la poesía de Hueñir es mala, si es que no malísima. No faltará quién, concediendo la verdad diga: ¿Y a ti quién te preguntó? Y la respuesta es tan tonta que no la eludiré. Bastará decir que nadie, obviamente, quizás debería plañir en este momento y retroceder, pero válgame dios de confidente y deme la fuerza del búfalo para resistir lo encomioso para dar verdaderas palabras.
La poesía de Hueñir es floja, tiene, y ya lo han dicho otros, una recurrencia sistemática a diminutas partes de su ahora que acontece, pero este no es un acierto, no es una victoria, sino una debilidad marcando la fugacidad de su intento. Y ese es el mayor problema de su escritura; es pasajera, olvidable. Al ir escribiendo esto incluso, comienzo a perder el interés y casi desprecio el tiempo que he gastado. Pero debo terminar. Para resumir; no me gustó.
A continuación un poema de cada uno de los libros compilados en la edición de "Los 3 primeros". Debo advertir al lector, si es que lo hubiese, que estos son los poemas que consideré rescatables de entre todos los que me hicieron perder parte de un domingo. Si hubiera en mi, que no soy santo, un poco de humildad, me detendría ahora y remolcaría mi gran impertinencia para no ensuciarme las manos, después de todo ¿Qué tengo que andar hablando de malos libros? ¿no es acaso esa una forma de otorgarles ya un valor innecesario? Debería ser más prudente.
De SER GATO ES LO MÁXIMO (2015)
GORRIÓN
Soy un gorrión.
Vuelo a donde quiero.
Soy sencillamente hermoso,
Como toda creación de nuestro querido Dios.
Soy libre como el viento,
Amigo que me acompaña por los diferentes cielos
Que recorro cada día
Hasta que me llame el de arriba
Y deba decir adiós.
De CARA DE LIBRO (2016)
CHOFER
El chofer de la micro
Me miró por el espejo
Me miró con extrañeza.
De LOS SUPERPODEROSOS (2020)
SHIRYU
El Dragón Naciente
el más valiente de los caballeros de bronce.
El infalible con la pose dramática.
El que destruyó a Máscara de Muerte.
El que recordaremos por siempre
por sus grandes hazañas,
por defender a la humanidad.
PD: No pongo los poemas que considero malos porque aún existe algo de temor a Dios en mí.
PD 2: No culpo a Tortugasamurai por este libro, que por lo demás está editado de manera correcta, culpo a la avaricia de los poetas que se creen rozas en el lodazal de su ineptitud.
PD 3: El poemario está disponible en internet, pero por respeto a la humanidad, no pienso darles su ubicación.
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