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Un nuevo otoño y sigue sin gustarme la poesía de Ricardo Herrera

Luis Gutiérrez Aliste

Conocido en Vida como Ulises de los Monicongos


¿Qué será, digo yo, el talento? ¿Habrá alguien que me abofetee por esta duda? Vengan, los espero. Radicado en el infinito, como una pulga desaforada, a mis anchas, picando aquí y allá, disfruto de estas cosas, del bamboleo suave de las tonterías. Tratando siempre de sonreír, con la cara más imbécil que se pueda, mostrando cada uno de los dientes que conservo.


Si la poesía no puede volar más alto es por nuestra culpa. Pero ¿quién la manda también a caer sobre tan débiles muchachos? La humanidad siempre está temblando, acurrucada en las cuevas del viento, enredada en cada ráfaga que desaparece. Hay que ser valientes, digo yo, hay que perseverar, no vaya a ser que terminemos rompiéndonos las uñas, escarbando hacia un escondite.


¿Temerosos? Los poetas de todo género y clase deben construir y no refugios, fortalezas de guerra es poco, hay que hacer la guerra. Amarrarse todas las ideas a las manos y dar puñetazos contra lo imposible, hay que batallar contra el desastre y revolotear como insectos, cercanos a caer. No sé si esa coma iba o no iba, pero por temas de afirmar mi punto la lanzo aquí, como una propuesta de pelea. Hay que construir un territorio, desafiar la guarida y trazar un horizonte, cada vez más insensato. Si no ¿para qué todo esto?


Pienso en todos ustedes, mis hermanos, cayéndose de rodillas, acuclillados, encerrados en el miedo y siento lástima. ¿Qué nos pasó? Habrá que recomponer las armas, desempolvar a los espéctros. Hay que hacer aparecer a los objetos. ¿Qué hacen allí detenidos? Sus manos están enfríandose. ¡Cuidado! La batalla está cerca.


Ya no quiero banderas de paz, ya basta de la debilidad, ya me cansé de los aplauzos. ¿Dónde están las puñaladas? Díganme ¿quién enterró la belleza? Ahora aquí, sentada sobre su trono una imagen de mierda, posiblemente hecha de feca, se acrecenta y parece dominar con la vara del bufón. Todos dando lo peor de sí. Aplaudidos, santificados, glorificados. Esos son los nuevos trozos del desastre. ¡Qué pequeño desastre! Apenas rozando la esféra de la noche, apenas, tan solo apenas.


La poesía, muy a mi gusto digo, quiere que la escriban a espadazos. Pero las manos ya no toleran el peso, y rendidas a la mentira, se posan sobre sus suspiros a escribir como caricias, apenas un algo agradable, pasajero. Ya no los recuerdo, ya no queda nada, apenas hubieron nacido se extraviaron, pobres poemas, letras lanzadas al basural. Eso es todo, un desperdicio que alguien alguna vez aplaudió.



Ahora que paso a hablar de los idiotas:


Me gusta el comienzo de una antología personal hablando de mí, casi como una premonición de algo que se iría construyendo a través de la lectura, siento no inocente el gesto de iniciar un libro con el poema "El desencanto de Ulises", o sea, ya con eso me basta para ponerme de pie y gritar como un mono con altaboces en toda su alma. Pero la cosa debió quedar allí, ¿existía de verdad alguna necesidad de continuar? Error mío tal vez, ¿por qué no sabemos detenernos? Por esas cosas de lo inevitable continué la lectura, solo para chocar contra el inmediato cumplimiento de aquella promesa que señalaba el descontento. ¿Lo escribiste pensando en mí?


Una vez vi a Ricardo, parecía menos interesante de lo que algunos se esfuerzan por dibujar, vestía una camiseta gris y jeans azules, un tipo aburrido pensé. Casi no hablamos, creo que ni siquiera le di un apretón de manos (había leído un par de poemas suyos en la Universidad, posiblemento fue por eso). Hay que tener cuidado, no es que tenga una amenaza entre los labios, no podría dedicarme al oficio de cumplir mis promesas, esto es solo una burrada, un poco de risa para acompañar una tarde más o menos aburrida.


No sé mucho sobre Ricardo Herrera, los poetas de Temuco me hablan de él, me lo nombran, y lo invitan a sus cosas de poetas, debe ser así como una pequeña estrella entre ellos, solo lo he visto una vez, y a lo lejos, por eso no puedo decir mucho de él, no puedo acusarlo a él, solo a su poesía.


Sabes que mala mala no es, después de haber leído tanta cosa uno se vuelve un coso sin alma, y deja de apreciar las pequeñas victorias, solo para dirigir su atención a lo que verdaderamente rompe el imposible, podría hablar de esos poemas, pero es más fácil decir cosas malas de la gente, o de sus poemas, como es en este caso. La verdad Ricardo Herrera no me sorprende para nada, es otro de esos poetas que por publicar son "reconocidos", solo por publicar, sin importar qué, si total démosle, si es poeta, y acá no hay poetas, así que da lo mismo. Entonces el reguero de vástagos, simulando poemas, escribiendo por escribir, por ser lo que se debe ser. Pobres poetas, pobres, pobres.


Los poemas de la Antología Personal de Ricardo Herrera, no sé dónde fueron publicados, la verdad me la envió un poeta, justamente de Temuco, la leí una vez, entera po wn, hácete esa wea, y como ya dije no estaba tan mala, pero es fome, ese es como mi gran problema con la poesía de ahora sobre todo, es muy fome, toma muy pocos riesgos, es como ñe, más de lo mismo, poemas con algunos versos que suenan bien, pero la mayoría sin sentido, sin alma, solo porque suenan bien, porque parecen bellos, pero ¿y detrás? Nada, absolutamente nada. Pero como digo, en ese sentido se podría decir que Ricardo Herrera hasta destaca un poco por sobre otros poetas de la región al no ser tan penca, pero no sé, no me emociona, no logra convencerme. Me lo imagino escribiendo, cómodo, aburrido. ¿Dime, estabai aburrido? Yapo Ricardo, kasjkasha escribe alguna wea arriesgá...


Podríamos decir que su apuesta más arriegada es ese libro de Carahue, me acuerdo que lo vi una vez en la biblioteca de Temuco, ya sí, es una propuesta más arriesgada, pero el problema de ese libro es que es fome, o al menos a mí me parece muy fome, no sé si mal escrito, aunque para mí sí, pero bueno, es que hay mucho de eso personal en todo esto, y como esta wea la estoy escribiendo yo, ya, digo que la wea es fome, qué tanto.


La verdad es que no tengo mucho que decir, tal vez soy un pesado de mierda, un ratón insensato que larga su envidia sobre el eclipse prematuro de este siglo, pero bueno, había escrito esto hace tiempo, y lo había olvidado, y si ahora lo lanzo al mierdal, es únicamente para borrarlo sin culpa y dejar un poco más de espacio libre en mi computador.


Ahora, para que los poetas de TEMUCO no se mueran, un solo y único poema de Ricardo Herrera, más conocido como "moquito", pero no le digan así porque se sonroja:


Ya, este es el poema, el mismo que les hablé antes


El desencanto de Ulises



Si bien estoy en medio de la noche

asqueado de eso que llaman vida

y mi gloria es ser el miserable guerrero olvidado y condenado

a lanzar un mismo puñado de cenizas al aire

estas palabras de poco me sirven

este bufón que salta sobre las brasas del vacío

y si bien soy un miserable guerrero vestido de bufón

que actúa para el silencio de una corte desencantada

y mi rostro es un triste palimpsesto bajo cuyo cuajarón

se esconde tu rostro amado

y salto sobre las brasas del vacío

mientras las cortesanas se van colgando de las vigas del palacio

como palomas de un cable eléctrico

y en medio de la noche me pierdo no sé qué hacer con tu recuerdo

o me beso furioso porque algo de mí ha dejado de arder a esta hora

un gesto una idea por años querida.

Camino por la orilla de la playa odiándome tanto

“nunca me he querido tanto como esta tarde” le digo a las olas

Mientras todo regreso parece ya inútil

Y mi gloria es ser el miserable guerrero

Olvidado y condenado a lanzar

Un mismo puñado de cenizas al aire.



[Yapo mira, este es el primero de su Antología personal, y ya, todo bien supongo pensarán ustedes, pero wn, la palabra palimpsesto, por la cresta wn, cómo podi hacerte esa wea, yo no conozco a Ricardo, solo he oído hablar de él, pero wn, palimpsesto, por la cresta, no le perdono esa wea, y está en el primer poema del libro, por la chucha Herrera aksjkahsa, hay que tener un poquito de vergüenza, no ves que después hay weones como yo, con todo respeto sosí, que leen estas weas y se ríen]


Esto es mentira = Una vez escuché que Ricardo Herrera tiene un ejército de fans que lo respalda, al punto que tiene tres aviones de guerra para combatir a aquellos que lo desafían, espero que los mandes, siempre he querido medir fuerzas contra un avión.


por último........................no necesitas responderme, ni leer esto, y si lo leíste, pucha compadre, así es la vida. Saluditos.





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