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FLORES ROJAS: La poesía cárnica de Diego Rosas Wellmann

Kíltricas Literarias - Luis Gutiérrez Aliste

 

“Poeta: Dícese del prisionero de lo lírico trovador de pacotilla o sea tú, infausto. Ojalá que te tragues la lengua y que los muertos se coman tus manos y que te quedes ciego para no advertir esos monstruos que pariste”

Diego Rosas Wellmann


Hay que sentarse y respirar, tomarse el tiempo de hundir los dedos en las heridas y tocar el espíritu de la cicatriz, la poesía de Rosas Wellmann está ahí, esperando pasar inadvertida, moviéndose entre los escombros de una historia negada a romperse. El material humano y sus sustancias corren como por un escenario y salpican al lenguaje con sus debilidades obvias. Lo temblores y los reflujos de la ciudad se arrastran hasta ser la sangre que se mueve por los recodos de su escritura.


Ha crecido el poeta sobre sus pies y se ha adormecido sobre las palabras para tocar las cosas descoloridas, desafinadas y malformadas. No basta decir que en los versos de Rosas Wellmann hay una insinuación de la frustración, la inspiración del imposible ha concretado sus poderes y las torres del cuerpo caen sobre sí mismas en un derrumbe que no perturba a las grandes catástrofes.


La obra aún reciente de Rosas nos da indicios de una búsqueda hacia la sustancialidad, la aparición del cuerpo y sus fragmentos son clara referencia al uno mismo más próximo y tangible, este carácter material viene a ser el signo de la gran amenaza y bandera formidable de la pudrición.


A saber, su obra Resquemores (2019) es un libro primerizo y recopilatorio de los primeros acercamientos del poeta a la palabra, asoman en ella sus pertenencias íntimas, intangibles, a veces a centímetros de tocar el resentimiento, pero sin soltar las limitaciones de la vida y sus prisiones. Este es el puntapié inicial del poeta y la señal vívida de sus sueños que maduran.


Ahora, como respiro del final, no queda más que averiguar lo que continúa, hacia dónde lo llevarán sus carnes y descubrir por fin si sus flores serán miel o llanto sobre la poesía.



COÁGULOS


Quisiera ser el invisible oleaje

que retira la piel muerta de tus labios


Y fugarme bruscamente

para que no me amputes

de ese disecado torso

ese carbonizado refugio donde se te apaga el alma


Fugarme

antes que deseches mis alcohólicas promesas

antes que me capturen las sirenas del estrés


Porque para ti

son risibles

son risibles mis entrañas


y mientras retrocedes

se fraguan las carnes

se atascan en túneles

que solo el castigo libera


Es una nueva temporada de patetismo

se desnudan mis lágrimas otra vez


Fue suficiente

soterrado yace el esqueleto

del aquel egoísmo que quiso salvarme.




CRUCIFIXIÓN


He tenido

una pesadilla

donde era un hombre

delgado y frío

con cuerpo de cruz


y delirio de rey

Hombre delgado y frío

que pidió plasmar en sus carnes, a golpes

falsos estigmas que le ayudarían a arrodillarse

a rezar y a percatarse del temblor


a ser el temblor

Tiemblen conmigo

que mientras temblemos estaremos a salvo




VENTANALES


Hubo tardes en las que quise

no pronunciar tan fuerte las palabras

no diferenciarme de mi sombra

ser una secreta inmanencia

ser un huérfano del desasosiego


Quise ser la ausencia

un rezagado boceto

el olvido de las opiniones

y los desaprovechados entrenamientos de lucidez


Completar un estado de extinción

luctuoso, lento y desabrigado

He querido

mi nombre reducido a la espora

mi ánima restringida

a un torrente de consciencias autofágicas

ser neumático despistado

fósil anacrónico

herrumbrosa cerradura

tinta de dudosa procedencia


Que la estrepitosa suspensión

deshaga mis escapularios versos

para molerlos como orégano

y aliñar esta cena en el averno




TEMUCO


Otra vez amaneces

con el rostro cubierto de cenizas

mas la voz se te despeja

cuando las tierras se enlutan


No sé si estás muerto

o tan sólo aburrido

pero sé que anoche lloraste

y que del barro, se abrió tu herida


De esa hendidura

hágase un refugio

y que te sirva

para esconderte de nosotros.







Diego Rosas Wellmann (Coyhaique, 1993). Publicó Resquemores (2019). Actualmente vive en Temuco, Chile.


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